Los ejercicios suaves y de bajo impacto ayudan a las personas con movilidad reducida a no perder masa muscular mientras fortalecen los músculos y mejoran la circulación sanguínea. Además, su práctica previene fracturas indeseadas o caídas.
Practicar ejercicio es beneficioso para la salud y es especialmente ventajoso para las personas con movilidad reducida. Mantenerse activo físicamente ayuda a las personas que, por edad, discapacidad o un accidente, tienen problemas de movilidad.
Lo más importante es empezar con ejercicios suaves e ir aumentando, gradualmente, la intensidad. Siempre se tendrá que adecuar el programa de ejercicios a cada persona. Se aconsejan los ejercicios de bajo impacto porque consisten en movimientos fluidos que no son agresivos para las articulaciones.
Estos movimientos ayudan a las personas con problemas de movilidad a mantenerse activas y protegen su salud. Es decir, la práctica regular de ejercicio mejora la salud física y mental de las personas y aumenta la calidad de vida de las personas con movilidad limitada.
Beneficios de los ejercicios en personas con movilidad reducida
Muchas veces, para las personas con problemas de movilidad, hacer ejercicio puede suponer todo un desafío. La clave está en adaptar los movimientos y así conseguir mejorar la fuerza muscular o mejorar la flexibilidad sin poner en riesgo las articulaciones.
La actividad física aporta muchos beneficios a las personas con movilidad reducida. Estos son algunos:
- Mejora la circulación de la sangre
- Ayuda a fortalecer los músculos
- Aumenta la fuerza y flexibilidad de las articulaciones
- Mejora la coordinación y el equilibrio
- Aumenta la libertad e independencia
- Genera autodisciplina y perseverancia
- Disminuye el riesgo de sufrir lesiones o caídas
- Alivia los dolores
- Mejora el bienestar mental
Algunos de los mejores ejercicios para personas con movilidad reducida
- Entrenamiento con pesas. El entrenamiento con pesas ligeras ayuda a fortalecer los músculos y a aumentar la densidad ósea.
- Ejercicios con bandas elásticas. Las bandas elásticas permiten hacer diferentes ejercicios con mayor o menor resistencia y son beneficiosas para la flexibilidad de los músculos.
- Estiramientos y movilidad articular. Los estiramientos suaves de tobillo, brazos o cuello, por ejemplo, mantienen la flexibilidad y reducen la rigidez en las articulaciones.
- Natación. La natación mejora la fuerza muscular y la flexibilidad y aumenta la sensación de bienestar global.
- Yoga. El yoga es un ejercicio de bajo impacto que ayuda a mejorar la flexibilidad, el equilibrio y la fuerza muscular.
- Ciclismo. El ciclismo –sea al aire libre o en una bicicleta estática– permite fortalecer los músculos de las piernas y mejorar la salud cardiovascular.
- Caminar. El ejercicio más sencillo de practicar ayuda a fortalecer los músculos y mejora la salud cardiovascular. Una opción para personas con movilidad reducida es caminar con un bastón o un andador.
Tips para iniciarse en el ejercicio
El mejor consejo para empezar un programa de ejercicios es, sin duda, consultar con un profesional sanitario. El equipo médico será el encargado de revisar que los ejercicios sean los adecuados para cada persona.
Por otro lado, es importante comenzar con ejercicios de baja intensidad y, poco a poco, ir aumentando la resistencia y la duración. Además, las personas con movilidad reducida deben usar el equipo adecuado. Es decir, para asegurar que el ejercicio sea accesible, es necesario utilizar pesas ligeras, sillas ergonómicas, etc.
Como en todo, la regularidad es crucial. Ser constante con la práctica del ejercicio físico ayudará a beneficiarse de sus ventajas. Por otro lado, muchas personas ven que practicar el ejercicio en grupo les ayuda a motivarse. Las personas con movilidad reducida pueden encontrar un buen apoyo en grupos de ejercicio.
Por último, contar con el soporte de un cuidador a domicilio profesional también facilita la práctica de ejercicio. Este cuidador puede incentivar a las personas y recordar la importancia de practicar actividades físicas para la salud.
Además, el cuidador profesional está capacitado para revisar las actividades que tiene programadas una persona con movilidad reducida e ir ajustando según las necesidades de cada etapa.
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