Causas y pautas de prevención de caídas en personas mayores




Las caídas son un fenómeno que nos ocurre a todos con mayor o menor frecuencia a lo largo de nuestra vida. Suele ser un acto involuntario como consecuencia de una acción a veces evitable y otras donde una dosis de mala suerte se cruza en nuestro camino. Es obvio pensar que no es lo mismo caerse cuando uno es niño y nuestros huesos son flexibles y ricos en calcio que cuando somos mayores y tenemos patologías propias del hecho de ser mayor. Es de fácil suponer que el impacto de la caída en ambos extremos de la vida acarrea consecuencias distintas. Las personas mayores son un colectivo de nuestra sociedad de especial fragilidad por su condición y circunstancias.

causas de las caídas en las personas mayores


A continuación describimos las principales causas tanto intrínsecas (propios de la persona) como extrínsecas (los que nos ofrece el entorno donde nos movemos) propias de las personas mayores que pueden ser causantes de caídas y cuya corrección puede evitar un desenlace no deseado.

Causas intrínsecas

  • Enfermedades degenerativas: demencias, distrofias musculo-esqueléticas, artrosis severas, osteoporosis, Parkinson y en general todas aquellas patologías que afecten de manera directa o indirecta al aparato locomotor y a la estabilidad.
  • Alteraciones visuales y auditivas (hipoacusia) y vestibulares. Ciertas patologías relacionadas con el déficit auditivo, visual y vestibular incrementan en menor o mayor medida, en función del grado de deficiencia, la inestabilidad.
  • Alteraciones del sistema nervioso: puede provocar un enlentecimiento del tiempo de reacción y alteración de los reflejos.
  • Consumo de determinados medicamentos que puedan favorecer la existencia de alteraciones del equilibrio y la marcha.

  
Causas extrínsecas

  • Uso inadecuado de ayudas técnicas o no utilización de ellas aun siendo necesarias.
  • Presencia de barreras arquitectónicas en el domicilio (alfombras, baño no adaptado, muebles que impidan el libre paso, iluminación insuficiente….) y en el exterior (escalones, suelos resbaladizos, ausencia de barandillas, iluminación insuficiente…)

 

Consecuencias habituales que provocan las caídas 

A nivel físico:
  • Fracturas óseas: Siendo la de cabeza del fémur, humeral y fisuras isquiopubianas las más frecuentes. En cualquier caso, hay una pérdida funcional temporal o permanente que puede agravar un proceso de deterioro tanto físico como cognitivo.
  • Contusiones: Aparición de hematomas y dolor óseo que limiten temporalmente la funcionalidad del miembro afectado.
  • Tromboembolismos: Consecuencia de la pérdida de movilidad.

A nivel psicológico, las más habituales son:

  • Miedo: Una caída puede provocar que la persona tenga miedo a volverse a caer. Eso a su vez hace que se disminuya la actividad y pueda llegar a la perdida de las capacidades para realizar las actividades básicas e incluso la capacidad de la marcha. 
  • Ansiedad: Fundamentalmente se trata de cambios en el comportamiento de la persona después de la caída fruto de la disminución de la movilidad i el dolor. 

 

Pautas de prevención de las caídas en personas mayores:

¿Cómo podemos evitar las caídas? Fundamentalmente, conociendo las capacidades y limitaciones físicas y cognitivas de la persona anciana. 

Según establece la OMS, para que un buen programa de prevención de las caídas sea eficaz, es necesario que tenga en cuenta acciones para disminuir el número de personas que las sufren y su frecuencia, así como conseguir que las lesiones que producen sean de menor importancia.

prevención caídas en personas mayores

En un programa de prevención de caídas en las personas mayores tenemos que tener en cuenta varios componentes para identificar y modificar los riesgos, tales como:

  • Evaluación del entorno físico donde vive y por donde se mueve la persona para identificar riesgos.
  • Modificación de este entorno cuando detectamos factores de riesgo conocidos o antecedentes de caídas.
  • Estudio y modificación de la medicación, el tratamiento de la hipotensión y de los trastornos visuales corregibles, así como la administración de suplementos de calcio y vitamina D.
  • Incorporación de dispositivos asistenciales apropiados para paliar los problemas físicos y sensoriales.
  • Ejercicios establecidos por profesionales expertos dirigidos a fortalecer la musculatura y mejorar el equilibrio.
  • Sesiones de trabajo en grupo para educar hábitos de prevención de las caídas y ejercicios del tipo del tai-chi o para mejorar coordinación motora, equilibrio dinámico y fortalecimiento muscular.
  • Prescribir protectores de la cadera en personas con riesgo de fractura por diagnósticos de enfermedades que incrementen este riesgo. 
La ayuda profesional del Terapeuta Ocupacional, Trabajador Social y del Fisioterapeuta pueden ser de gran ayuda tanto para la propia persona como a familiares y entorno para adecuar el domicilio, aportar ayudas técnicas que faciliten la autonomía de ésta y ofrecer las ayudas sociales que convengan en cada caso en particular.
Patricia Rubio Ovejero
Fisioterapeuta – Dependentia

 

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