Las cefaleas (o dolor de cabeza) son uno de los problemas que más afectan a las personas en el desempeño de su trabajo y en la mayoría de las actividades cotidianas, hecho que comporta importantes costes sociales y laborales para personas, familias y empresas. Se trata de la enfermedad neurológica más frecuente del adulto joven, y está incluida por la Organización Mundial de la Salud dentro de las veinte causas principales de discapacidad, por el elevado impacto que presenta sobre la calidad de vida de los que la sufren. Los resultados obtenidos en la multitud de estudios que se han llevado a cabo, muestran que existe una clara relación entre cefalea, edad y género. Las mujeres son las que la padecen con mayor frecuencia y, además, las que sufren los ataques más intensos e incapacitantes. En cuanto a la edad, se ha observado un aumento progresivo de su incidencia a lo largo del desarrollo evolutivo.
El dolor de cabeza puede producirse por causas orgánicas como enfermedades de la vista, de los oídos, problemas bucodentales, epilepsia o tumores intracraneales, pero éstas tan sólo representan el 10% de los casos. El 90% restante corresponde a cuadros funcionales, de los que vamos a hablar un poco más adelante.
Según la International Headache Society, existen tres grandes grupos categorías de cefaleas: la cefalea tensional, la migraña con aura y la migraña sin aura. A continuación, veremos los principales síntomas, los mecanismos del dolor y los tratamientos habituales para cada una de ellas.
La cefalea tensional:
Conocida también como cefalea por estrés, representa casi el 80% de los casos correspondientes a cuadros funcionales. Se caracteriza por un dolor opresivo y tirante, de ligera o moderada intensidad, de localización bilateral, que no empeora con la actividad física rutinaria y que casi nunca se acompaña de náuseas, vómitos, fotofobia o fonofobia. El dolor en sí y los síntomas asociados a éste, se explicarían por los cambios en el flujo sanguíneo extracraneal que se dan en respuesta a situaciones estresantes. Estos cambios provocan una mayor concentración de ácido láctico, que se deriva de la isquemia y la contracción continua de la musculatura del cuello y de la cabeza. Otra posible causa de esta categoría es la distensión de algunas arterias cefálicas y el aumento de neurokininas, vasopresina, serotonina,… que se produce en respuesta a la isquemia localizada en otras regiones. Es importante comentar que alrededor de un 30% de los pacientes que sufren dolor de cabeza, presenta un cuadro mixto de cefalea tensional y migraña.
El tratamiento más habitual de la cefalea funcional son los analgésicos, que actúan rompiendo el círculo tensión-dolor, pero que tienen el inconveniente de que su uso abusivo puede generar un problema de dependencia que cronifique el dolor de cabeza. Por todo ésto, cada vez cobra más fuerza entre los especialistas médicos el uso de antidepresivos y tranquilizantes, que buscan aliviar los efectos emocionales (irritabilidad, tristeza, ansiedad e incluso depresión) que suelen acompañar al dolor. Curiosamente, éstos últimos son los que parecen mostrar una mayor efectividad, ya que el alivio de estos síntomas de carácter emocional, hace disminuir la percepción subjetiva del dolor.
La migraña con aura y sin aura:
La clasificación efectuada por el Headache Classification Comitee habla de dos tipos de migraña, en función de la presencia o no de aura. La migraña con aura se caracteriza por la presencia de un estado inicial prodómico o aura, que puede durar hasta una hora, y en el que el sujeto no siente el dolor, pero sí que experimenta un estado de desasosiego, mareos, vómitos y alteraciones visuales y/o auditivas. Durante este proceso, se produce una caída de la presión sanguínea en todo el cerebro, y una o varias horas más tarde, se desencadena el ataque migrañoso, que consiste en un dolor unilateral, de intensidad moderada, de carácter pulsátil y que se agrava con cualquier otra actividad física. Esta segunda fase, se explicaría por la vasodilatación de las arterias extracraneales, que estaría causada por la inflamación de los tejidos próximos a éstas y por la liberación de sustancias (bradikina y neurokinina) que también son los causantes de la inflamación.
Los fármacos utilizados en el tratamiento de la migraña buscan inhibir la acción de las sustancias vasoactivas, y reducir la actividad vasomotora y la inflamación. El propanolol es el que presenta una efectividad superior y es el más extendido. A pesar de esta efectividad, hay que tener en cuenta que el coste económico de este tratamiento es muy alto, y que además, actúa únicamente sobre los síntomas y no sobre los mecanismos del dolor. Si a todo esto, le añadimos los efectos secundarios que este medicamento tiene a nivel hepático y gastrointestinal, es fácil de entender que cada vez más, se lleven a cabo tratamientos conductuales como las técnicas de relajación muscular y el biofeedback.
Tratamiento psicológico: entrenamiento en relajación muscular y biofeedback:
El entrenamiento en relajación muscular está considerado como una buena elección terapéutica para el tratamiento de la cefalea tensional. Con ella se consigue reducir de forma significativa el número de episodios, encontrando que el 50% de los pacientes que la utilizan experimentan un alivio notable de los síntomas. Un aspecto esencial en este tipo de técnicas es la práctica en casa, ya que la práctica diaria y el éxito terapéutico están estrechamente relacionados.
Elbiofeedback también ha demostrado su efectividad a la hora de combatir el dolor de cabeza funcional. El principio básico que rige esta técnica, es que la gente puede aprender a reconocer las variables estresantes que son la causa de las migrañas, y así, aprender a controlar estas variables. Si el dolor de cabeza comienza lentamente, se puede llegar a parar el ataque antes de que se convierta en un cuadro de migraña. Así, definiríamos el biofeedback como “un conjunto de procedimientos cuyo objetivo es posibilitar que, a partir de la información relativa a la variable fisiológica de interés, proporcionada al individuo de forma inmediata, puntual, constante y precisa, éste pueda terminar consiguiendo la modificación de sus valores de forma voluntaria, sin precisar la mediación de instrumentos químicos, mecánicos y/o electrónicos”. Así pues, se trata de técnicas de autocontrol de las respuestas fisiológicas, a través de la información directa y constante que recibe el sujeto sobre la función que se desea someter a control voluntario. En el conjunto de estudios realizados por Blanchard et al. llegaron a concluir que casi el 65% de los pacientes tratados, obtuvieron mejoras clínicas significativas.
Tratamiento dietético:
El tratamiento dietético está especialmente indicado para la migraña por tener un efecto preventivo. Se ha demostrado que la ingesta de algunos alimentos, puede provocar ataques migrañosos debido a los efectos vasoactivos que tienen. Los principales alimentos que habría que reducir o eliminar de la dieta son:
- Todos los elementos fermentados como quesos (cabrales, gruyère, camembert, Mahón,…), embutidos (salami, perritos calientes,…) y panes y galletas recién hechos.
- Los alimentos en escabeche.
- Bebidas alcohólicas (a partir de dos copas al día).
- Carne de cerdo (no más de dos veces por semana).
- Chocolate.
- La comida china, por la gran presencia de glutamato de sodio.
- Habas, cítricos, higos en conserva y plátanos.
- Pizza.
- Té, café o bebidas con cola (no más de tres tazas al día)
Elaborado a partir de:
Van-der Hofstadt CJ and Quiles MJ. Chronic pain: therapeutic intervention based on psychology. Rev Soc Esp Dolor 2001; 8: 503-510.
Amigo, Fernández, Pérez (2003) “Manual de Psicología de la Salud” Ediciones Pirámide
“Tratamiento profiláctico de la Migraña”. Pontificia Universidad Javeriana. Facultad de Medicina. Departamento de Medicina Preventiva.
The Journal of Headache and Pain.
Revista de Posgrado de la VIa Cátedra de Medicina – N° 127 – Mayo 2003
Aritz Arozarena
Equipo de psicología – Dependentia
Me ha gustado mucho el artículo y lo veo muy útil. No soy muy proclive a los tratamientos farmacológicos y me alegra saber que se pueden utilizar métodos alternativos para luchas con este mal endémico.
Creo que tanto los especialistas como las personas que sufrimos este problema estamos de acuerdo en la importancia de buscar tratamientos complementarios, porque solo con la medicación no siempre se mejora.
En esta como en muchas otras enfermedades, es bueno tener alternativas a los medicamentos. Me ha parecido muy útil lo que he leído en este articulo.
Un article molt interessant i que pot ajudar a molta gent. Personalment al meu entorn li anirà molt bé!
Es verdad la migraña es una de las "epidemias de los tiempos modernos". Se agradece conocer alternativas a la medicación.
Gracias por este artículo, toda información es poca para ayudar a combatir la migraña. los que la padecemos sabemos lo incapacitante que puede llegar a ser.