Cada vez es más habitual que las empresas apuesten por la integración laboral de las personas con alguna discapacidad, ya sea física o psíquica. Una labor que ya hace décadas que se lleva a cabo en organizaciones diseñadas expresamente para emplear a estas personas, pero que en los últimos años se ha extendido a muchas empresas ordinarias que han querido potenciar su vertiente social. De ejemplos hay muchos, como los que explicábamos en este artículo.
De lo que no existen tantos ejemplos es de personas con alguna discapacidad que deciden emprender su propio negocio. Son, a menudo, gente que se mueve impulsada para resolver carencias que viven en primera persona y que llegan a la conclusión de que la demanda de estos nuevos productos o servicios está ahí y puede hacer viable el proyecto. Se trata, como dice el dicho, de hacer de la necesidad de virtud.
Dos casos relacionados con la movilidad
Pau Bach era un adolescente como cualquier otro, con una vida activa, que quedó tetrapléjico a los 18 años a causa de un accidente de tráfico. Al estar estudiando diseño industrial, empezó a tunearse él mismo las sillas de ruedas para seguir con su ritmo vital, ya que las ayudas técnicas que había en ese momento en el mercado no le servían. Y con los años decidió pasar de los prototipos artesanales a la fabricación de productos comercializables. Por eso, fundó Batec Mobility, una empresa que reserva el 33% de los puestos de trabajo para personas con alguna discapacidad. Si visitáis su web, explica muy bien la misión de la compañía.
Otro ejemplo de decisión y de impulso es el de Carlo Castellano, un informático italiano instalado en Barcelona. Nació con un problema en la cadera, lleva una prótesis y tiene la movilidad reducida. Se dio cuenta de que no había ninguna aplicación en el mercado que indicara las plazas de aparcamiento para personas como él y por eso decidió crearla él mismo, con el impulso inicial de la Fundación ONCE. Se llama Park4dis y es una app colaborativa en la que los propios usuarios pueden subir las plazas que localizan si no están incluidas en la base de datos.
Incubadora de proyectos
La integración laboral de las personas con alguna discapacidad sigue al alza y ha superado los datos prepandemia, como explicábamos en este otro artículo, pero la tasa de empleo de estos colectivos sigue siendo más baja de lo deseable. Por eso, el emprendimiento puede contribuir a mejorar la situación y en este camino los apoyos son muy necesarios. Si ya lo son para las personas sin discapacidad, con mayor razón para las personas con alguna discapacidad, que pueden tener dificultades añadidas en este proceso.
Por poner un ejemplo, Powernauts es una incubadora, la primera del Estado, de hecho, destinada íntegramente a fomentar el emprendimiento de las personas con un 33% de discapacidad. Es un proyecto de la Fundación Prevent que quiere proporcionar los recursos necesarios a ideas de negocio mínimamente viables