Los objetivos globales del tratamiento del trastorno se centran en reducir la sintomatología del propio TDAH, los síntomas de los trastornos comórbidos, el riesgo de futuras complicaciones y a adaptar el entorno a las necesidades del niño.
Encontramos tres áreas principales de intervención: padres, niños/adoslescentes y profesores.
- Padres: psicoeducación y entrenamiento de manejo de la conducta
- Niño/adolescente: psicoeducación (autoinstrucciones), medicación, terapia cognitiva y conductual.
- Profesores: psicoeducación, manejo conductual en clase y apoyo pedagógico.
Entrenamiento en manejo de la conducta:
Para las familias, recibir el diagnóstico de un hijo con TDAH hace que padres y madres tomen conciencia de que su labor como educadores se va a intensificar y alargar. El entrenamiento en manejo de conducta para los padres se inicia con información sobre el trastorno para, posteriormente, poder enseñarles la aplicación efectiva de las técnicas de modificación de conducta, incrementar la competencia de los padres y mejorar la relación paterno-filial mediante una mejor comunicación y atención al desarrollo del niño.
Este entrenamiento está basado en un análisis funcional de la conducta, en el que se identifican los factores que están manteniendo la conducta inadecuada, se delimitan las que se desean incrementar, disminuir o eliminar, y se lleva a cabo la observación y el registro de éstas. En la terapia de conducta, el control del comportamiento es externo, de manera que la conducta se modifica en función de las consecuencias del comportamiento.
Terapia cognitiva:
La terapia cognitiva se centra en el entrenamiento en técnicas de autoinstrucciones, de autocontrol y de solución de problemas. El objetivo de estas técnicas es enseñar al niño o adolescente con TDAH estrategias para mejorar el control de la emociones, mediante la concienciación de los procesos de pensamiento, la disminución de las respuestas impulsivas inmediatas, y la aplicación de estrategias de resolución de problemas enfocadas en el control interno de la conducta.
El Tratamiento Psicopedagógico:
La Psicoeducación consiste en un modo de afrontar el trastorno que enseña al afectado y su familia qué características e implicaciones tiene, y qué pueden hacer para mejorar su curso. Se trata de instruir acerca de los mecanismos que desencadenan y mantienen diferentes conductas y respuestas de la persona, permitiendo a los pacientes reinterpretar sus síntomas con explicaciones basadas en el respaldo médico y científico. También se trabaja en torno a los pensamientos, ideas y creencias irracionales y distorsionadas con respecto al trastorno.
El objetivo del Tratamiento Psicopedagógico en la escuela es el de favorecer la adaptación académica del afectado de TDAH, a través de un programa diseñado por un especialista o grupo de especialistas en función de los síntomas y de las circunstancias que rodean a cada caso. La puesta en marcha del programa debe estar coordinada por los diferentes profesionales del centro (tutor, profesores especializados, psicopedagogos, psicólogos,…) para poder abordar los problemas de conducta, de aprendizaje y de carácter social. Estos programas están basados en la reeducación psicopedagógica, que consiste en un refuerzo escolar individualizado que se lleva a cabo después del horario escolar, y que incide en los tres síntomas nucleares del trastorno. Se efectúan acciones encaminadas a:
- Intervenir con los padres para enseñarles a poner en práctica, monitorizar y reforzar el uso de las tareas de gestión y organización.
- Trabajar hábitosque fomenten conductas apropiadas para el aprendizaje (horarios, agenda escolar,…) y técnicas de estudio (pre-lectura, lectura atenta, resúmenes, esquemas,…)
- Estrategias para preparar los exámenes.
- Mejorar la autoestimaen lo referente a la competencia académica.
- Enseñar y reforzar técnicas de cumplimiento de tareas y buen estudio.
- Reducir o eliminar comportamientos desafiantes o malos hábitos de organización.
Intervención farmacológica:
A menudo, el tratamiento del TDAH en los niños implica intervenciones médicas, educativas y conductuales.
El objetivo del tratamiento farmacológico es minimizar la sintomatología nuclear y los trastornos asociados, al mismo tiempo que se potencia el efecto de las intervenciones psicológicas y psicopedagógicas. Se busca una dosis mínima efectiva que produzca el máximo efecto terapéutico, manteniendo los efectos adversos al mínimo.
El inicio del tratamiento farmacológico es aconsejable cuando:
- Estamos delante de un cuadro de TDAH moderado o severo, con una afectación clara en el rendimiento escolar y con la presencia de un trastorno grave de conducta.
- Han fracasado las medidas psicopedagógicas que se han probado.
- No es posible otro tipo de tratamiento.
- Si existe una repercusión importante en la autoestima.
Dentro de los tratamientos farmacológicos, podemos encontrar dos tipos de sustancias: psicoestimulantes y no psicoestimulantes.
- Psicoestimulantes: el más conocido y utilizado es el Metilfenidato, que se comercializa bajo varios nombres (Rubifén, Concerta o Medikinet). Actúa como recaptador de la dopamina y la noradrenalina, y presenta una respuesta positiva en el 70-80% de los casos. Un porcentaje más pequeño de pacientes es tratado con dexanfetamina.
- No psicoestimulantes: La atomoxetina suele clasificarse como antidepresivo, pero tiene efectos estudiados y probados en el tratamiento del TDAH. Se comercializa bajo el nombre de Strattera y es un buen inhibidor de la recaptación de noradrenalina.
Ya hemos comentado con anterioridad que el TDAH cursa con otras patologías como el trastorno depresivo mayor o trastornos de ansiedad. Para estos casos, algunos antidepresivos como la fluoxetina (Prozac), el bupropión (Wellbutrin) y la venlaxafina (Effexor) han demostrado ser útiles.
Aritz Arozarena
Equipo de psicología – Dependentia
Equipo de psicología – Dependentia
Me ha gustado leerlo. Se habla mucho de este tema y no siempre se informa. En este caso creo que este articulo da información interesante.