El atragantamiento es la tercera causa de muerte no natural en España. Si ocurre, hay que saber cómo reaccionar y hacerlo de la manera más rápida posible. De lo contrario, se pueden producir lesiones irreversibles o incluso la muerte por asfixia de la persona afectada.
Saber qué métodos son efectivos y cuáles no lo son (incluso conocer aquellos comportamientos que pueden resultar peligrosos) en casos de atragantamiento puede salvarnos la vida o la de la persona a la que intentamos socorrer.
¿Cuándo se produce un atragantamiento?
El atragantamiento se produce cuando un alimento o un objeto queda atascado en la garganta o la tráquea, bloqueando las vías respiratorias. La primera reacción del cuerpo para expulsarlo es la tos, pero si lo que está obstruyendo el conducto es demasiado grande puede quedarse encajado en algún punto de la laringe.
Es fundamental saber cómo actuar en este tipo de situaciones y no perder tiempo pensando en qué debemos hacer, ya que, mientras el alimento o el cuerpo extraño se encuentren obstruyendo la respiración, el oxígeno no llega ni a los pulmones ni al cerebro, provocando asfixia. Como consecuencia, la persona atragantada puede quedar inconsciente, sufrir una parada cardiorrespiratoria e incluso morir.
Cuando vemos que alguien se ha atragantado, lo primero es valorar su estado. Si puede hablar, significa que la vía aérea está solo bloqueada parcialmente. Si no puede responder, hay que actuar de inmediato empleando la práctica más correcta: la maniobra de Heimlich.
La maniobra de Heimlich
También denominada compresión abdominal, esta maniobra es el procedimiento de primeros auxilios más efectivo a la hora de ayudar a una persona que se está asfixiando a causa de un atragantamiento. Consiste en abrazar por detrás al atragantado y presionar hacia el abdomen y hacia arriba, provocando que el diafragma se eleve y el aire de los pulmones sea expulsado bruscamente en forma de tos con la fuerza suficiente para despedir el alimento o el objeto que obstruye las vías. Sin embargo, el procedimiento varía según la persona atragantada:
- Adultos: para realizar la maniobra, el sujeto debe estar de pie. Le abrazaremos por la espalda con los dos brazos, presionando con una mano cerrada y con la otra cubriendo la primera. Apoyaremos el puño sobre el abdomen y presionaremos hacia el centro del estómago, justo por debajo de las costillas.
- Personas inconscientes: si la persona que se está ahogando está inconsciente y yace en el suelo, presionaremos la boca del estómago con las dos manos justo debajo de la punta del esternón, para evitar dañarle el hígado o el bazo.
- Bebés y niños menores de un año: no se aconseja realizar la maniobra de Heimlich, pues es un procedimiento que puede resultar demasiado agresivo. Sujetaremos al niño boca abajo, con la cabeza inclinada en un ángulo de 45º, apoyado en el antebrazo y sujetándolo bien por la barbilla, de modo que su cabeza quede más baja que el tronco, pero no flexionada. Le daremos varios golpes entre los omóplatos y, si con la sexta maniobra no respira, le daremos la vuelta, lo apoyaremos sobre una superficie rígida y empujaremos con las dos manos (una encima de la otra) en dirección al tórax, presionando entre el esternón y el ombligo.
- Embarazadas y personas con obesidad: para que la maniobra sea efectiva, hay que colocar los brazos alrededor del tórax y presionar la caja torácica, y no sobre el abdomen.
Algunos consejos útiles para evitar los atragantamientos
- Los frutos secos, las palomitas, los caramelos, ciertos tipos de carne, el jamón o los calamares son algunos de los alimentos más peligrosos, pues causan el mayor número de atragantamientos. Hay que comerlos despacio y de forma tranquila. Los niños deben tener especial cuidado al ingerirlos, y hay que evitar que lo hagan mientras juegan o corren.
- Las personas con dentadura postiza deben tener mucho cuidado al masticar y tragar. Y es que un alimento sólido –por ejemplo, un trozo de carne o una verdura dura– que no ha sido masticado lo suficiente hace que el bolo alimenticio tenga una consistencia difícil de tragar y puede quedar atrapado en la tráquea o el esófago, provocando el atragantamiento.
- Es muy importante, aunque sea obvio, evitar reírnos o hablar mientras comemos.
- Reducir el consumo de bebidas alcohólicas antes y durante la comida. Con ello evitaremos alterar la deglución y disminuiremos el riesgo de atragantarnos.
- Si la persona atragantada puede respirar, hay que dejar que tosa para que trate de resolver el problema por sí misma.
- No se debe intentar extraer el alimento o el objeto con los dedos (a menos que se esté muy seguro de poderlo hacer fácilmente), ya que puede ser empujado más adentro.
- Es vital prever un traslado urgente al hospital si fuera necesario, procurando evitar movimientos bruscos que pudieran empeorar la situación del afectado.
Muchas veces, el atragantamiento se produce por tragar bocados demasiado grandes o abundantes, que han sido mal masticados. Saber cómo actuar y conocer algunos de los procedimientos más prácticos y eficaces resulta clave para salvar a la persona que se encuentra en apuros.
Dr. Carles Rabassa
Director Médico de Atlántida