Las fracturas de cadera, son una de las lesiones más habituales en las personas de edad avanzada. Se calcula que un 3% de las personas mayores de 80 años ha sufrido una fractura de cadera. La fractura de estas articulaciones, que soportan todo el peso del organismo y resultan imprescindibles para poder andar, trae consigo una serie de consecuencias para la persona y unos importantes costes sociales y económicos.
La rehabilitación domiciliaria postquirúrgica por colocación de prótesis de cadera forma parte de nuestro día a día como fisioterapeutas en el ámbito domiciliario. Somos la figura profesional que acompañará, conjuntamente al médico cirujano, a la persona recién intervenida durante las primeras semanas del regreso a su domicilio. Uno de nuestros objetivos es restablecer la funcionalidad y el “modus vivendi” de nuestros pacientes.
Las causas más habituales por las que un médico decide que es necesario colocar una prótesis de cadera son:
- Necrosis de la cabeza del fémur: por pérdida temporal o permanente del flujo sanguíneo en la estructura ósea del cabeza del fémur.
- Fractura por estrés del cuello del fémur: fracturas espontáneas sin traumatismo previo. Acostumbran a producirse en pacientes con niveles altos de osteoporosis.
- Fractura cabeza femoral, subtrocanterea, diafisaria, intertrocanterea: todas ellas engloban un grupo de fracturas, que suelen producirse por traumatismo directo, en diferentes niveles del segmento óseo del fémur.
- Recambio por coxartrosis: cuando el dolor por artrosis de cadera pone en riesgo la funcionalidad de la extremidad inferior afectada y la calidad de vida del paciente.
Como fisioterapeutas, y más allá del tecnicismo de la intervención quirúrgica, nos encontramos con la individualidad y la realidad de la persona que tratamos. Las características individuales de cada paciente marcarán el ritmo, la forma y la cantidad de sesiones que realizaremos.
No es lo mismo tratar a una persona de 90 años con problemas visuales que vive con una cuidadora y que ha sufrido una fractura por una caída, que una persona de 65 años, autónoma para realizar todas las actividades de la vida diaria y que se ha sometido a un recambio de cadera por artrosis severa. Las circunstancias nos hacen ser únicos y tenemos que ser tratados como tal. En este matiz radica nuestro trabajo.
A pesar de esta individualidad, hay una serie de aspectos que siempre se tienen en cuenta a la hora de hacer sesiones de rehabilitación domiciliaria:
- Estudio de la vivienda: ver posibles necesidades de ayudas técnicas (alzas para lavabo, asideros, barandillas,…), eliminación de alfombras que dificulten la deambulación, cambios en la distribución de determinados elementos de vivienda,…
- Indicaciones sobre qué debe hacer y qué no debe hacer: Las primeras semanas habría que evitar realizar flexiones de cadera con ángulos superiores a 90 grados, no intentar ponerse uno mismo los calcetines ni zapatos con cordones, no cruzar la piernas cuando se está sentado, dormir de lado sobre el costado operado o recoger objetos del suelo.
- Pauta y ejecución de ejercicios activos: En función de las características del paciente, indicaremos un tipo u otro de ejercicios. Si es necesario y posible, éstos podrán realizarse cuando el fisioterapeuta no esté en el domicilio.
- El fisioterapeuta, durante las sesiones, resolverá cualquier duda y asesorarásobre cualquier duda acerca de la rehabilitación del paciente.
- El fisioterapeuta orientará en las pautas de deambulación y las transferencias. También determinará cuando es el momento óptimo para cambiar de ayuda técnica (de andador a muletas, de muletas a bastón, y de bastón a deambulación autónoma) si es necesario.
Toma especial importancia el hecho de que la atención domiciliaria supone una rápida intervención del profesional con el paciente, ya que éste, inicialmente, no se encontrará en disposición de trasladarse a un centro de rehabilitación. Un buen seguimiento e intervención terapéutica precoz asegura el éxito de la rehabilitación.
Patricia Rubio
Equipo de fisioterapia Dependentia