Los profesionales sanitarios poseen los conocimientos, las habilidades y las actitudes propias para la atención de la salud de las personas. Cuentan con su correspondiente título y tienen en sus manos la responsabilidad de tratar directamente con el malestar humano. Es decir, se trata de una de las profesiones más delicadas, que requiere un alto nivel de compromiso y sensibilidad.
Existen muchas especialidades médicas, encargadas de distintos sistemas del cuerpo, dolencias o edad. Hoy, te presentamos las características de tres de ellas:
El geriatra
Los geriatras son médicos especializados en atender las necesidades de salud de los mayores. Se encargan de valorar el estado de salud de sus pacientes y les ayudan a prevenir enfermedades y minimizar sus efectos cuando aparecen. Ofrecen tratamientos a personas con enfermedades de carácter crónico que representan un reto para el funcionamiento mental y físico diario.
Su principal objetivo es prevenir y superar la pérdida de autonomía de esos mayores. Gran parte de los geriatras trabajan en centros médicos y usan un enfoque de equipos. Así, pueden derivar a otros especialistas, como a un terapeuta ocupacional, un experto en audición o un nutricionista.
En resumen, un médico geriatra ayuda a mantener la calidad de vida de las personas mayores, puede orientar a la familia y coordinar la acción de otros especialistas.
Pese a que no hay una edad concreta para acudir al geriatra, sí existen algunos indicios de que ha llegado el momento.
- Se toman varios medicamentos. Un geriatra puede revisarlos y determinar cuáles se necesitan de verdad y de cuáles se puede prescindir.
- Se tienen problemas de memoria. Un geriatra puede realizar una prueba para detectar el deterioro cognitivo, el primer paso de una demencia, o detectar una depresión.
- Se tiene menor movilidad. Un geriatra puede recomendar ejercicios para mejorar el equilibrio o derivar a un fisioterapeuta.
- Se está hospitalizado. Las investigaciones demuestran que a los adultos mayores atendidos por un geriatra mientras han estado hospitalizados les va mejor una vez consiguen el alta hospitalaria.
El fisioterapeuta
La fisioterapia, también conocida como terapia ocupacional, es un ramo de la Medicina que se enfoca en la reparación y restauración de la movilidad física de los pacientes que han sufrido algún tipo de trauma físico.
Gracias a su conocimiento de la anatomía humana y de herramientas especiales como barras o pelotas, los fisioterapeutas diseñan un plan de tratamiento con series de repeticiones de movimientos destinados a aliviar el dolor o la restricción de la movilidad causada por algunas enfermedades o lesiones.
Además, en su día a día, también instruyen a los pacientes en la realización de esas repeticiones y marcan distintos ejercicios y rutinas para llevar a cabo en casa.
Los fisioterapeutas deben comunicarse de manera clara con el paciente y con sus familiares para crear un entorno cómodo que ayude a solventar todas las inquietudes del enfermo. Estos especialistas tienen una clara vocación de servicio y aseguran los mejores estándares para el cuidado y la seguridad de sus pacientes, siempre ofreciendo un trato respetuoso.
Los fisioterapeutas pueden centrarse en un área de especialización. Por ejemplo, algunos se especializan en el cuidado de las vías respiratorias o de quemaduras, en la acupuntura, en los ancianos o en personas con problemas de aprendizaje.
Los auxiliares
Los auxiliares o asistentes médicos llevan a cabo diferentes funciones de los médicos y los profesionales de enfermería bajo la supervisión de los mismos. Entre sus tareas destacan, por ejemplo, preguntar sobre el estado de salud del paciente, realizar exploraciones físicas, asistir al cirujano durante las operaciones o poner inyecciones y suturar heridas. También pueden implementar planes de tratamiento o escribir recetas.
De hecho, muchos estudios destacan que los auxiliares médicos pueden brindar una atención médica de calidad comparable con la ofrecida por un médico de cabecera, para aproximadamente el 80% de las patologías o los problemas atendidas en los CAP.
Su figura es indispensable para el correcto funcionamiento del día a día en los centros de salud. Y es que la mayoría trabajan en centros de asistencia sanitaria y pueden proporcionar cuidados a domicilio. También pueden especializarse, por ejemplo, en pacientes de edad avanzada.
Por su parte, los auxiliares de Enfermería asisten a las personas en hospitales, centros de rehabilitación, residencias geriátricas, comunidades de vida asistida u otras instalaciones sanitarias, como clínicas dentales o centros psiquiátricos, bajo la dirección de personal diplomado en Enfermería.
Suelen hacer valoraciones simples del estado de salud, como medir la temperatura, tomar el pulso o tomar la presión arterial, y actividades necesarias en el día a día, como hacer las camas en un hospital o un centro, realizar el aseo de los pacientes que lo requieran, darles la comida o administrar medicación.
También mantienen y limpian el material sanitario y tienen una vertiente administrativa, al organizar y evaluar las unidades de trabajo de cada centro. Por todo ello, deben ser profesionales pacientes, empáticos y con agilidad.
Dr. Carles Rabassa
Director Médico Atlàntida