Los alumnos con discapacidades físicas o intelectuales, con problemas de aprendizaje o de comportamiento, con afecciones emocionales o con altas capacidades pueden necesitar determinados apoyos y atenciones educativas para seguir correctamente sus estudios. Esas necesidades encuentran respuesta en la educación especial.
Los profesionales de educación especial atienden a esos estudiantes para que puedan desarrollar al máximo sus capacidades y, aquellos que muestren dificultad, puedan adquirir habilidades básicas y autonomía. Su finalidad es que el alumno que presenta necesidades educativas especiales, al nivel que sea, pueda gozar de formación en igualdad de oportunidades respecto a sus compañeros.
Alteraciones en el proceso educativo
A medida que un niño crece, va alcanzando diferentes metas de desarrollo. Algunos lo hacen antes que otros, y que, por ejemplo, un niño hable antes o después no tiene por qué indicar la existencia de un problema.
En ocasiones, sin embargo, sí se observa un retraso muy marcado en los procesos de aprendizaje en una o más áreas, ya sea en la coordinación, en la motricidad fina (como sostener un lápiz y escribir), en la motricidad gruesa (por ejemplo, saltar o apilar bloques), en las habilidades de comunicación y lenguaje (hablar, pronunciar ciertas palabras) o en las habilidades sociales (empatizar, reírse, relacionarse con los compañeros…), entre otras.
Esas alteraciones del desarrollo pueden indicar, en niños no diagnosticados, la existencia de alguna patología o discapacidad. Por ello hay que prestar especial atención, sobre todo en etapas tempranas, a los problemas del habla y del lenguaje, a los problemas de aprendizaje o a los problemas emocionales y de comportamiento.
Muchas veces son los mismos profesores del colegio los que descubren estas dificultades e informan a los padres. En este sentido, hay que tener presente que cuanto antes sean diagnosticados, mejor será su evolución posterior.
Necesidades especiales
Algunos alumnos presentan dificultades para seguir las clases. Puede suceder en menores sin problemas aparentes, aunque es algo muy común en el caso de los niños que tienen alguna discapacidad o trastorno, lo que les impide su correcta integración en el proceso escolar. Entre las afecciones más comunes que requieren educación especial destacan:
- El trastorno del espectro autista (autismo, síndrome de Asperger). Incluye alteraciones en las habilidades sociales básicas y diferentes niveles de severidad en cuanto a las habilidades comunicativas y a las conductas repetitivas.
- Alumnos con trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH). Suelen tener problemas de concentración y presentar dificultades para completar una tarea, es por eso que pueden presentar una conducta difícil de gestionar en clase.
- Los trastornos del aprendizaje. Pueden ser generales o específicos. Estos últimos hacen referencia a que la persona encuentra dificultades en la realización de una actividad concreta, como en el caso de la dislexia, en la cual el niño presenta dificultad con la comunicación escrita.
- Síndrome de Down. Es una de las causas genéticas más comunes de discapacidad intelectual. Estos alumnos presentan lentitud en su capacidad cognitiva y requieren una adecuada estimulación, sobre todo en los primeros años de escolarización.
La educación especial atiende a estudiantes con discapacidad auditiva, motora, psíquica o visual, trastornos graves de personalidad o altas capacidades. En estos casos, los alumnos requieren apoyos para culminar con éxito sus estudios, ya sea en centros ordinarios o específicos de educación especial.
Una escuela inclusiva
Cuando los niños con problemas de aprendizaje llegan a la etapa escolar, tienen más dificultades para adaptarse al ritmo académico que el resto.
La tendencia es conseguir la normalización, es decir, lacorrecta integración de estos menores en clases ordinarias, aunque en muchos casos precisarán seguir su formación en centros específicos. Los alumnos escolarizados en régimen de integración cursan el currículum normalsegún su edad cronológica, con adaptaciones más o menos significativas, dependiendo de los déficits que presenten.
Esa integración se puede realizar en aulas ordinarias (con apoyo individualizado), y puede ser parcial (el niño aprende en aulas de educación especial, pero dentro de un centro ordinario) o puede ser una escolarización combinada (entre un centro ordinario y un centro específico de educación especial, alternando actividades en uno y otro centro). Si nada de eso fuera posible, la formación tendría lugar en centrosde educación especial.
Los profesores de apoyo son una pieza clave para los alumnos con necesidades educativas especiales, ya que se encargan de las tareas de refuerzo para garantizar la comprensión de los contenidos.
Atención individualizada con ayuda de las TIC La educación especial no solo brinda medios humanos, sino también medios técnicos que compensan algunas de las dificultades que sufren estos alumnos, permitiéndoles completar el proceso de aprendizaje en un entorno acorde a sus capacidades. Por ejemplo, el uso de nuevas tecnologías (tablets, pantallas digitales, aplicaciones móviles…) es particularmente importante en alumnos con discapacidad visual o auditiva, ya que les facilita acercarse al currículum ordinario y lograr un mayor desarrollo personal. La incorporación de las TIC (tecnologías de la información y comunicación) a las aulas está siendo de gran ayuda a la hora de atender necesidades y fomentar una mejor calidad de la enseñanza.