Como se mencionó en el artículo anterior “Smartphones: el exceso de información”, pasamos una media de unas tres horas diarias mirando nuestros teléfonos móviles. Este uso abusivo puede convertirse en una adicción, aunque cierto es que, la nomofobia no está catalogada como trastorno psicológico. Está claro que el móvil nos facilita la vida en muchos aspectos, pero como a todo, hay que darle un buen uso si no queremos convertirlo en un arma de doble filo, al igual que sucede con los coches. Cuando el uso que le damos a nuestro smartphone es abusivo, puede causarnos hiperestimulación y dependencia, alterando así nuestro estado de salud psicológica.
Recomendaciones para desengancharnos de nuestro smartphone
Cuando una persona se vuelve dependiente a su smartphone, es aconsejable seguir una serie de pautas para, poco a poco, ir reduciendo este carácter patológico y desadaptativo y darle a nuestro teléfono un uso saludable e inteligente. Me gustaría enfatizar en el “poco a poco” porque como cualquier adicción, la deshabituación debe hacerse paulatinamente para no provocar un efecto rebote, además de trabajar nuestra fuerza de voluntad para poder llevar a cabo las recomendaciones necesarias para “desengancharnos” de nuestro smartphone. Algunas de las pautas recomendadas son las siguientes:
- Intenta no llevar el móvil siempre en la mano. A veces parece que nuestro smartphone forme parte de nuestro cuerpo, ya que lo llevamos en la mano incluso cuando cambiamos de habitación. Empieza por intentar despegarte un poco en este sentido mientras estés en casa.
- Guarda el teléfono mientras estés comiendo. Si alguien te reclama, no pasa nada si respondas un poco más tarde, por mucho que nos hayamos malacostumbrado a la inmediatez. Intenta reflexionar acerca de ello, no estamos obligados a contestar al momento, de hecho, la mayoría de los mensajes no son importantes. Además, alejando el móvil de la mesa estarás alejado de la sobreestimulación causada por tu smartphone y podrás evitar tentaciones.
- Procura utilizar sólo un dispositivo a la vez. Es decir, si utilizas el ordenador, utiliza solo el ordenador. Intenta dejar de lado tu smartphone, almenos durante ese rato. Una vez cumplido este objetivo, proponte la siguiente meta. Nada de WhatsApp web, de Facebook o cualquiera que se le parezca.
- Empieza a ser consciente de cada momento que utilizas el smartphone. Mientras esperas el metro, dentro del transporte público, cuando estás en clase o incluso en el trabajo, en el descanso, cuando vas caminando por la calle, mientras estás con tus amigos… ¿lo usas tras una notificación o simplemente buscas la interacción de forma activa…? Cuando una persona desarrolla dependencia al teléfono, lo acaba encendiendo y utilizando de forma compulsiva y automática, igual que cuando un fumador se enciende un cigarrillo. Una vez consigas ser consciente cada vez que enciendas tu smartphone, te será más fácil moderar su uso. Se trata de identificar los momentos en que su uso no es adecuado o en los que puedes prescindir de él, redirigiéndote hacia otra actividad, o simplemente relajando la mente.
- Márcate tus propias normas. Se trata de establecer mini objetivos. Si en media hora consultas el smartphone tres veces, proponte hacerlo solo dos. Poco a poco ves aumentando tus metas hasta que hayas logrado el objetivo final deseado. Verás que marcarte mini objetivos e irlos alcanzando es una forma de alimentar tu motivación por ti mismo. Eso sí, ¡deberás aprender a tener autocontrol!
- Permanece en el mínimo número de grupos de WhatsApp. La intervención en los grupos de chat son las que más tiempo quitan y muchas veces carecen de contenido ya que no suelen hablarse temas importantes, más bien estos grupos están protagonizados por temas distractores.
- Reduce el número de apps de redes sociales. Las redes sociales roban más tiempo que los mensajes o cualquier otra interacción.
Espero que estas pequeñas indicaciones te puedan ser de ayuda. Algunas incluso puedes intentar llevarlas a cabo, aunque no consideres que tienes dependencia, simplemente ejecútalas para que el uso que le das a tu smartphone sea todavía más saludable. Verás que poco a poco empiezas a darle otro valor a las cosas y saboreas mejor tu día a día, encontrando placeres en tu rutina que el abuso del móvil no te dejaba ver. Nuestro bienestar siempre es mejorable, y debemos cuidarlo.
Por Raquel Vilches, del equipo de psicología de Dependentia