Si al volver al trabajo después de un largo periodo de vacaciones, nos sentimos fatigados, irritables, con ansiedad, apáticos y padecemos insomnio, seguramente estamos sufriendo lo que se conoce como síndrome postvacacional. Tranquilo, debes pensar que no eres el único. Según las estadísticas, este trastorno lo padecen hasta el 65% de los trabajadores.
¿Por qué nos pasa esto? Durante las vacaciones, solemos alterar nuestro estilo y ritmo de vida, tendiendo a descansar más durante el día y a disfrutar/vivir por la noche. Como resultado, el ciclo de sueño-vigilia se acaba alterando, hecho que provoca cambios en nuestro bioritmo que, a su vez, traen consigo pequeños cambios hormonales.
La buena noticia es que este trastorno es 100% superable. En un gran número de artículos especializados, podemos encontrar buenos consejos sobre qué se puede hacer al respecto, pero prácticamente todos giran en torno al descanso, a pautas nutricionales y a cómo planificar la vuelta de las vacaciones. En este artículo, nos gustaría explicar el que creemos que es el mejor remedio para combatirlo.
Una estrategia excelente para vencer el síndrome postvacacional es planificar actividades deportivas y de ocio, tanto individuales como en familia o amigos, que nos permitan desconectar del trabajo en las primeras semanas tras la vuelta. No sólo nos ayudará a sentirnos más relajados, sino que también nos permitirá eliminar la falsa contraposición entre vacaciones y trabajo. Hablamos de pequeñas motivaciones que rompan la monotonía del día a día del trabajo.
Hacer ejercicio no sólo nos mantiene en forma y nos ayuda a prevenir multitud de enfermedades, sino que también mejora cualitativamente nuestro estado de ánimo. Se sabe que, cuando hacemos deporte, nuestro organismo libera endorfinas, que son los neurotransmisores encargados de promover la sensación de bienestar y de combatir la depresión y la ansiedad.
De hecho, varios estudios han demostrado que, al hacer deporte, experimentamos cambios positivos y estables en nuestro estado de ánimo, que se producen por la gran cantidad de endorfinas que liberamos. Eso sí, para aprovechar al máximo todos los beneficios, es importante realizar estas actividades al aire libre, preferentemente en un entorno natural que facilite la relajación.
Practicar deporte de forma regular, no sólo es bueno para la salud, sino que también lo es para nuestra mente.
Toni Giralt.
Director Financiero – Grupo Atlàntida.