La etiología de esta enfermedad no ha sido todavía definida de forma evidente. Existen diversas teorías que relacionan la enfermedad con algunas alteraciones genéticas(cromosomas 1 – 14 – 19 – 21 ). También se ha detectado en algunos casos de demencia un aumento de la aliproteina Apo-E (L.F. Agüera Ortiz 1.998). Sin embargo, ninguna de estas explicaciones es definitiva, dado que encontramos personas afectadas por la enfermedad que no presentan estas características, como ancianos que presentan alguna de estas alteraciones y no han desarrollado una demencia. Algunos autores señalan como factores de riesgo la edad, el sexo, los traumatismos cerebrales y la hipertensión arterial entre otros.
Lo que sí está aceptado por todo el mundo es que la enfermedad de Alzheimer y otras demencias son debidas a pérdidas de masa cerebral (muerte neuronal) y enlentecimiento de las conexiones entre axones, principalmente debido a un exceso de desmielinización.
Esta degeneración cerebral provoca una serie de pérdidas características de este tipo de enfermedad: memoria, apraxias, agnosias, desorientación temporoespacial, afasias, aproxasias (atención y concentración), así como dificultades para el cálculo, hacer secuencias de acciones y el pensamiento abstracto y aumento del nivel de dependencia funcional.
Para tratar esta sintomatología, se han desarrollado tratamientos farmacológicos (medicamentos), que tienen sus principios activos relacionados con los diferentes déficits bioquímicos que se han ido detectando en los estudios realizados.
La estimulación cognitiva aparece cada vez más como un tratamiento complementario al tratamiento farmacológico. Estas técnicas se están utilizando en diversos países de nuestro entorno y también en España, que inicia su práctica hace más de dos décadas (Galiano i cols. 1.988 ).
La base de la estimulación cognitiva se encuentra en el concepto de neuroplasticidad cerebral, que se puede definir como “la capacidad del cerebro de adaptarse, regular y remodelar la dinámica de la neurotransmisión ante situaciones adversas, incluso en edades muy avanzadas” (Geschwind, 1985).
La neuroplasticidad del cerebro humano permite renovar les sipnasis entre neuronas, de forma que neuronas próximas a la zona afectada adquieren nuevas sipnasis y, por tanto, nuevas funciones (M. Nieto Sampedro, 1.988).
Esta capacidad de rehabilitación cognitiva ha sido ampliamente demostrada en personas con disfunciones causadas por traumatismos, y es evidente también durante el proceso de envejecimiento normal (Norman i Nieto-Sampedro, 1991 Katzman y Björklund, 1971) y también existe en el cerebro de las personas con demencia, aunque en menor medida (Barbacid, 1994).
La justificación de los resultados de la estimulación cognitiva en el mantenimiento de las capacidades en personas con demencia se puede encontrar en al menos dos razonamientos (M. Jodar 1.999 en prensa) :
1. La estimulación continuada, aumenta el número de sinapsis entre neuronas y, por tanto, mejora el funcionamiento de los circuitos neurales, aspecto que no garantiza la regeneración en cerebros enfermos, pero sí retarda la aparición de déficits cognitivos (Kesslak i cols. 1997)
2. Otra capacidad que mantienen los cerebros afectados por demencia es la capacidad de que la función de un determinado circuito pueda ser asumida por otro circuito neuronal que, anteriormente, no tenía esta función. La estimulación cognitiva también mejora ésta capacidad cerebral.
Los autores con experiencia en estimulación cognitiva, confirman la utilidad de la misma en el tratamiento de personas afectadas de demencia: “La tarea diaria en la estimulación del enfermo con demencia y la medición de los resultados obtenidos corroboran la posibilidad de aprendizaje del enfermo de demencia, capacidad por otro lado que depende del tipo y del estadio de evolución”. (L. Tàrraga, 1997.)
El aumento de la utilización de la estimulación cognitiva con personas que padecen Alzheimer y otras demencias se evidencia, cada vez más, tal como demuestra el gran numero de comunicaciones y pósters que se han presentado recientemente en diferentes congresos sobre demencias.
Podemos concluir, por tanto, que aunque la estimulación cognitiva es una técnica relativamente nueva, existen estudios y autores reconocidos en el ámbito de la neuropsicologia, que demuestran la eficacia del tratamiento en personas con estadios iniciales de la enfermedad de Alzheimer o otras demencias.
Podemos concluir, por tanto, que aunque la estimulación cognitiva es una técnica relativamente nueva, existen estudios y autores reconocidos en el ámbito de la neuropsicologia, que demuestran la eficacia del tratamiento en personas con estadios iniciales de la enfermedad de Alzheimer o otras demencias.
Enrique Gómez Prieto
Equipo de psicología – Dependentia