El envejecimiento es un proceso vital biológicamente natural que se produce desde el momento del nacimiento y que, a partir de cierta edad, es variable según los individuos, conlleva una serie de problemas o dificultades que nos afectan más o menos en función de cómo ha sido nuestra vida durante los años de juventud y madurez. Esto significa, por tanto, que envejecemos según como hemos vivido, pero también que hay unas pautas que podemos seguir en la edad madura para conseguir que la última etapa de nuestra vida sea lo más saludable posible. Envejecer en sí mismo no es malo, pero sí puede conllevar consecuencias no deseadas y que podemos evitar o minimizar según cómo vivimos este proceso de envejecimiento.
A partir de mediados del siglo pasado ha habido, sobre todo en los países desarrollados, un aumento progresivo de la esperanza de vida y ya no es extraordinario superar los 80 años. Esto, evidentemente, es una noticia positiva, pero este incremento de la esperanza de vida plantea también algunos retos, ya que puede aumentar la necesidad de atención médica y de cuidado de las personas que dejan de ser autónomas y precisan ayudas externas. De ahí la necesidad de recursos sociosanitarios debidamente preparados.
Hábitos saludables
Ya que en general se viven más años, lo más importante, pues, es como vivirlos lo más plenamente posible, llegando a la vejez en las mejores condiciones físicas y psicológicas. Y esto depende en gran medida del estilo de vida que se ha llevado a lo largo de la vida y, por supuesto, de las enfermedades que se hayan tenido.
Unos hábitos saludables a lo largo de nuestra vida nos ayudarán a alcanzar la madurez y afrontar los últimos años de la mejor manera posible:
-Evitar el tabaco y las drogas
-Moderar el consumo de bebidas alcohólicas
-Hacer una dieta saludable evitando el exceso de grasas saturadas, azúcares, conservantes y productos elaborados. Es mejor consumir productos frescos y de temporada, con verduras y frutas.
-Realizar ejercicio físico de manera regular. No es estrictamente necesaria la práctica de un deporte, pero los especialistas recomiendan caminar a paso vivo durante al menos una media hora, dos veces al día.
-Mantener una actividad intelectual, como leer, escribir, interesarse por la música, jugar al ajedrez y otros juegos que estimulen nuestro intelecto.
-Ser activos socialmente: relacionarse con amigos y familia, participar en entidades culturales, colaborar con asociaciones de voluntariado, dedicar algún tiempo a aprender nuevos conocimientos, aprovechar nuestras habilidades y competencias para continuar aportando valor a nuestro entorno, practicar actividades de ocio que siempre nos han gustado o que descubrimos de nuevo.
La finalidad de todo esto es, ya que se han añadido años a la vida, añadir vida a los años. Es necesario sentir que a cualquier edad y prácticamente en cualquier situación física o emocional podemos seguir teniendo un proyecto de vida activo. A menudo puede faltar motivación, pero debemos ser capaces de creer que el proceso de envejecimiento es una oportunidad para seguir viviendo y disfrutando de muchas cosas que en otros momentos de la vida no hemos podido tener. Como este ejemplo. Puedes encontrar más consejos aquí.
La década del envejecimiento sostenible
El año 2019 la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró el período 2020-2030 como la Década del Envejecimiento Sostenible, durante la que propondrá y liderará diversas acciones y eventos encaminados a promover un envejecimiento sostenible para la población mundial. Como dice la declaración, «el envejecimiento es un hecho que nos obliga a los diferentes países a unirnos en un esfuerzo mundial que puede marcar la diferencia en la vida de las personas y sus entornos .” La declaración se puede consultar aquí.