La voz es el resultando de una acción combinada de varios órganos. Intervienen la laringe, los músculos, los cartílagos, los huesos y sistemas funcionales como la respiración. Así, es la consecuencia no solo de estos órganos, sino también de la postura que adopte la persona o de su manera de respirar. La voz se caracteriza por su tono, timbre, intensidad o duración; y en cada persona es diferente y única.
Existen variables físicas, como respirar por la boca o alergias respiratorias, que influyen directamente en la salud vocal. Pero también hay variables sociales o contextuales, como los cambios bruscos de temperatura, la polución o el estilo comunicativo en una familia; y aspectos psicológicos, como la falta de sueño o el estrés, que repercuten en la salud de la voz.
Cuidar de la voz es, por lo tanto, cuidar la salud general y poner en valor la forma de comunicarse las personas y de expresar sus sentimientos. Además, cada persona tiene su voz, que es única y que le identifica. Por ello, para que la voz sea un instrumento de comunicación interpersonal, y que goce de buena salud, hay que cuidarla evitando comportamientos que puedan causar lesiones en las cuerdas vocales, por ejemplo.
Cuando una persona abusa de la voz, o la utiliza de manera incorrecta, realiza un esfuerzo muscular que debilita a la laringe. La consecuencia es que se fatiga la voz. Hay profesiones que, por norma general, causan más problemas con la voz, debido a su alto uso. Profesores, cantantes o conferenciantes, entre otros, necesitan la voz para ejercer y están muy expuestos a sufrir trastornos asociados a las cuerdas vocales como la ronquera o la disfonía.
En este sentido, es importante que la población se habitúe a llevar a cabo ciertas conductas beneficiosas para la salud vocal, y general. Para cuidar la voz, en algunas ocasiones, basta con incorporar buenos hábitos en el día a día y evitar malas costumbres.
Buenos hábitos
Así, para cuidar la voz es importante no fumar, igual que lo es no ser fumador pasivo, ya que el humo reseca las mucosas. Entre la población fumadora, el cáncer de las cuerdas vocales es más habitual que entre las personas que no tienen este mal hábito.
Ingerir bebidas alcohólicas o cafeína es nocivo, también, para la voz. Estas bebidas actúan como diuréticas y generan pérdida del líquido del cuerpo. Esta, a su vez, reseca la voz. En cambio, se recomienda ingerir abundante agua, entre unos ocho o diez vasos al día. La hidratación es importantísima y ayuda a reducir el esfuerzo fonatorio y a aumentar la resistencia vocal.
Una buena alimentación también es clave en la salud de la voz. Se aconseja incluir en la dieta habitual alimentos ricos en fibra, y vitaminas A, E y C para que la garganta esté en buena forma. Y, para no resentir la voz, es bueno olvidarse de las comidas muy condimentadas o picantes, porque causan mayor producción de ácido y este puede causar reflujo.
Si se vive en una zona seca, los expertos recomiendan usar humidificadores en casa. Además, se aconseja practicar técnicas de buena respiración mientras se habla o se canta. Es importante apoyar a la voz con respiraciones profundas desde el diafragma. Y, siempre que se esté ronco, hay que evitar hablar en exceso.
De todas formas, si aun así se necesitan pautas o consejos para usar la voz de manera correcta, existen las terapias de la voz. Son muy aconsejables para conocer cómo cuidar una de las principales vías de comunicación de las personas.
Consejos para cuidar la voz
- Limitar el consumo de bebidas alcohólicas o con cafeína
- Ingerir abundante agua al día
- No fumar
- Practicar técnicas de buena respiración
- Evitar comidas picantes o muy condimentadas
- Evitar hablar cuando se está ronco
- No hablar en lugares con mucho ruido ni gritar
- Descansar lo suficiente y dormir las horas necesarias
- Acudir a terapia de la voz
Ejercicios para cuidar la voz
Las personas pueden y deben cuidar su voz protegiéndose el cuello del frío, en invierno, o evitando el consumo de alcohol y tabaco. Pero también pueden desarrollar una salud óptima mediante ejercicios específicos para cuidar la voz. La mayoría de estas prácticas mejoran la voz, pero también ayudan a aumentar la concentración y a relajarse y, entre otras cosas, a prevenir la ronquera.
Estos ejercicios de calentamiento se pueden realizar, por norma general, en cualquier momento y lugar, porque suelen ser bastante discretos.
- Estiramientos de todo el cuerpo y la zona de la cabeza
- Relajación facial y respiraciones profundas
- Calentar el diafragma con ejercicios diafragmáticos (por ejemplo, pronunciando las sílabas individualmente con fuerza: da-de-di-do-du)
- Calentar las cuerdas vocales y aflojar los labios (por ejemplo, diciendo brrr varias veces, para hacer vibrar los labios)
- Colocar la voz haciéndola resonar en el paladar superior y que vibre en los incisivos
Antes de hacer un esfuerzo vocal, beber té o chupar caramelos