Vivir el día a día con optimismo y entusiasmo nos ayuda a superar los problemas de forma constructiva. Además, contribuye a que recibamos de las otras personas lo mismo que desprendemos con nuestras acciones y con nuestras palabras: buenas vibraciones y positividad.
El mundo en que vivimos se caracteriza por un ritmo de vida agitado, en el que la falta de tiempo es una constante. Factores como el estrés, la ansiedad o la irritabilidad son consecuencia de las exigencias de nuestro entorno, algo que se ha visto agravado en los últimos meses a causa de los efectos de la pandemia. A todo ello se le suma la sensación de incertidumbre que genera la excepcional situación actual, marcada por la irrupción de la COVID-19.
Si, además, sufrimos un repentino cambio en algún aspecto de nuestra vida y no lo sabemos enfocar como deberíamos, podemos llegar a sufrir verdaderos estados de preocupación, angustia e incluso depresión. Saber afrontar los problemas y los cambios con optimismo es la clave para no sucumbir ante las inclemencias de nuestra existencia. Y es que ser positivos nos ayuda a superar los baches de manera más rápida y constructiva, permitiéndonos aprender de cada situación.
Optimismo ante la adversidad
Ante una situación desagradable o adversa, lo mejor es adoptar una actitud optimista. De nada sirve obcecarse con los puntos negativos, ya que ver solo la parte mala de las cosas puede tener como consecuencia que nos bloqueemos y convirtamos un problema más o menos controlable en un gran conflicto.
Saber relativizar en ciertos casos es esencial para no pensar que la situación nos supera o que somos incapaces de encontrarle una solución. Por este motivo, cuando nos sobrevenga un problema, lo primero que debemos hacer es intentar analizarlo desde la distancia; es decir, mantener la cabeza fría para buscarle la mejor solución y atacarlo con una actitud positiva que nos ayude a dar un cambio de perspectiva a la situación. De esta manera, conseguiremos que los momentos difíciles sean más llevaderos y mejoraremos nuestro bienestar, evitando problemas de ansiedad causados por el sentimiento de impotencia.
Transmitir positividad
Las ventajas de ser optimistas y buscar el lado positivo de las cosas son numerosas:
- En primer lugar, conseguimos mejores resultados a la hora de solucionar conflictos.
- Además, transmitimos serenidad y buen humor a las personas que nos rodean, creando un clima de bienestar en el que recibimos lo que damos: buenas vibraciones.
- Asimismo, ver el vaso medio lleno contribuye a eliminar miedos e inseguridades ante situaciones nuevas, lo que es muy beneficioso para emprender nuevos proyectos y abordar los cambios con entusiasmo y confianza en nosotros mismos.
- Tanto en la vida laboral como en la personal, tener una actitud positiva es básico para aprovechar al máximo todas las oportunidades, para aprender de cada situación y para sentirnos realizados.
Consejos para ser optimista
¿Qué podemos hacer en nuestro día a día para afrontar lo que nos acontece con una mirada más positiva?
- Aceptar la adversidad: Queramos o no, la vida está llena de cosas buenas y de cosas malas. Todo el mundo tiene problemas y todos hemos vivido situaciones angustiosas o negativas. Saber que inevitablemente tenemos que pasar momentos agradables y momentos no tan agradables es fundamental para que, cuando lleguen los desagradables, los enfoquemos con actitud positiva.
- Mirar el lado positivo: Cuando sucede algo inesperado en nuestras vidas, solemos valorar más el lado negativo que el positivo, sobre todo si son cambios que repercuten en nuestro estilo de vida, como puede ser perder un trabajo o que se rompa una relación sentimental. No debemos olvidar que todo tiene su lado positivo, más o menos perceptible, y que cualquier situación tiene una salida.
- Observar el fracaso como un pequeño paso en el camino hacia el éxito. Nada se consigue sin esfuerzo, sin haber invertido tiempo en ello o sin haber fallado una y otra vez hasta conseguir los resultados esperados.
- Cambiar hábitos: Comer de forma saludable y hacer algo de deporte nos ayuda a sentirnos bien con nosotros mismos, y esto repercute de forma positiva a lo largo del día. Además, ciertas prácticas deportivas nos liberan del estrés y nos ayudan a olvidarnos de los problemas que nos acechan a diario.
- Hay épocas en las que no tenemos tiempo para nada. Aún así, es muy importante dedicarse tiempo a uno mismo: un rato para leer, practicar algún deporte, hobby, o acudir a una sesión de masajes para sentir sus duraderos efectos relajantes, etc.
- Evitar tener siempre el sentimiento de culpa: Uno de los errores más comunes es caer en la tentación de sentirnos responsables de todos los males que suceden a nuestro alrededor.
- Relativizar los problemas: A menudo magnificamos los problemas y eso nos bloquea a la hora de buscarles solución. Es importante relativizarlos y no darles más importancia de la que merecen para evitar que se conviertan en un elemento que controle nuestra vida y nuestra forma de actuar.
- Huir de la queja: Quejarse constantemente fortalece los pensamientos negativos y nos empuja hacia el lado oscuro. La clave se encuentra en cambiar todos esos pensamientos a través de un filtro más positivo en el momento de comunicarlos. Todo puede ser formulado de forma más positiva.
- Sentirse inspirado por lo que hacen los demás, pero nunca establecer comparaciones. Cada uno es como es y está condicionado por un contexto distinto.
- Mejorar nuestra autoestima: Si nos sentimos seguros de nosotros mismos y estamos a gusto con nuestra manera de ser y actuar, evitaremos conductas negativas o inseguras. El primer paso para superar una situación negativa o para resolver un problema es creer que somos capaces de hacerlo y, para ello, tener una autoestima alta es esencial.
Optimismo para sentirse más sano
Actuar de forma más positiva no solo nos ayuda a reducir el estrés y la ansiedad, y a afrontar de otra manera el día, sino que también incide en nuestro bienestar físico y emocional y, por supuesto, en nuestra salud.
Según un estudio de la University College de Londres, mantener una actitud positiva está relacionado con tener un sistema inmunológico más fuerte y ayuda a disminuir el riesgo de sufrir problemas cardiovasculares, neuroendocrinos e inflamatorios.