La ayuda a domicilio va dirigida a personas que presentan algún grado de discapacidad o dependencia, a personas mayores en situación de fragilidad o dependencia…
La ayuda a domicilio se concreta en una serie de servicios tales como:
- Prestación personal a través de una serie de tareas de carácter personal como el aseo y la higiene, el control nutricional y el suministro de alimentación, apoyo para la movilidad, todo lo que conlleva el vestir y desvestir.
- Tareas de servicio doméstico: limpieza y cuidado del hogar, lavado, planchado…
- Tareas de carácter social: como acompañamiento, ocio y tiempo libre.
- Servicios complementarios como: servicios de Teleasistencia, planificación y orientación sobre adaptación de la vivienda, orientación y suministro de ayudas técnicas, acercamiento de servicios, como puede ser farmacia a domicilio.
- Programas de intervención especializada ( fisioterapia, podología, terapia ocupacional, psicología )
Todo servicio, posee un conjunto de características que le son inherentes, lo cual lo hace diferente a los demás: amabilidad en la atención, rapidez en el servicio, información clara,… A diferencia de las características del servicio que están bajo el control de la empresa, los requisitos dependen fundamentalmente del cliente y son la concreción o representación de sus necesidades y expectativas. De este modo tenemos, por un lado al cliente con sus necesidades y expectativas, es decir, con sus requisitos, y por el otro a la empresa, con unos productos y servicios a unas determinadas características. Entendemos por calidad, el grado en que las características inherentes del servicio cumplen con los requisitos de la persona que los recibe, y ésta se convierte en el objetivo que persiguen las empresas orientadas hacia la satisfacción de sus clientes.
Los Servicios de Ayuda a Domicilio, cuyos destinatarios no son sólo los ancianos, sino todo tipo de personas que necesitan ayuda para realizar sus actividades cotidianas (personas en situación de dependencia, discapacitados,…), constituyen una tipología de servicios cada vez más solicitada en sociedades desarrolladas como la nuestra.
Los servicios, no se pueden definir con tanta precisión como los productos, por lo que es más difícil evaluar su calidad. En el sector de servicios, las especificaciones suelen ser sustituidas por expectativas, que es lo que el cliente espera recibir de un servicio concreto.
En Dependentia damos mucha importancia a la opinión de nuestros usuarios. Para conocerla, utilizamos un cuestionario de satisfacción en el que los clientes valoran aspectos relacionados con el servicio: la atención directa, aspectos acerca de los profesionales, la satisfacción general sobre el servicio recibido y aportan propuestas de mejora.
En definitiva, la calidad del servicio depende de lo bien que funcionen de forma integrada todos los elementos que intervienen en el proceso de prestación del servicio y de la capacidad de satisfacer al cliente. Un gran reto por delante.