Por Mireia Blasco, terapeuta ocupacional
Las Actividades de la Vida Diaria (AVD) son el pilar fundamental de la funcionalidad de las personas, y por ello conforman uno de los objetivos primordiales de la Terapia Ocupacional.
Se definen por ser tareas ocupacionales que una persona realiza diariamente para prepararse y desarrollar el rol que le es propio. Van más allá de la auto atención, e implican el desarrollo funcional completo de la persona.
Tipología de las actividades de la vida diaria
Las AVD se pueden dividir en Básicas (AVDB) e Instrumentales (AVDI).
Las AVDB son aquellas actividades, gestos y hábitos que de forma cotidiana realiza todo ser humano a lo largo del día. Como por ejemplo: control de esfínteres, alimentación, movilidad, aseo e higiene, deambulación, vestido, transferencias.
Mientras que las actividades instrumentales son aquellas que se centran básicamente en las capacidades necesarias para vivir de una forma independiente en la comunidad. Estas actividades implican otras funciones imprescindibles para un desarrollo normal de la vida, pero más elaboradas: comunicación, manejo del dinero, uso del transporte, realización de las tareas del hogar, manejo de la medicación,…
Las ayudas técnicas
Son ayudas técnicas todos aquellos aparatos o equipos que son utilizados por personas discapacitadas temporal o permanentemente. Estas ayudas les sirven para tener un mayor grado de independencia y les proporcionan en general una mayor calidad de vida.
Toda ayuda técnica debe ser sencilla para que el usuario pueda usarla solo, eficaz, segura, fabricada con materiales duraderos y debe adaptarse a las necesidades de cada persona.
Existen ayudas técnicas tanto para las actividades BASICAS de la vida diaria (cubiertos adaptados, vasos especiales, andadores, bastones, trípodes, sillas de ducha, asideros, elevadores de WC, esponjas, etc) como para las INSTRUMENTALES (teléfonos adaptados, timbres portátiles, juegos adaptados, blisters, partidores de pastillas,etc).
Para determinar qué ayudas técnicas están más indicadas para cada persona hay cinco factores importantes:
1. CONOCER A LA PERSONA Y SUS NECESIDADES
2. CONOCER SUS ACTIVIDADES DIARIAS. ¿En qué actividades tiene limitaciones? ¿Cómo las realizaba antes?
3. ELEGIR LA AYUDA TÉCNICA. ¿Qué opciones existen? ¿Qué ventajas y características tiene cada una? ¿Qué aspectos debemos tener en cuenta?
4. PROBARLA. ¿Le va bien una ayuda estandar? ¿Es necesario adaptarla? ¿Experimenta mejoras entre el antes de probar la ayuda y el después?
5. REALIZAR ENTRENAMIENTO. Explicar claramente la ayuda y la necesidad de cambiar de hábitos. Utilitzarla y entrenar para su uso y volver a valorar la ayuda.
Si aplicamos correctamente estos cinco pasos, el usuario incorporará la ayuda técnica a su vida.
En Dependentia somos especialistas en asesorar a las personas sobre cuál es la ayuda técnica más adecuada para poder mantener la autonomía personal, con la máxima seguridad, tanto en el domicilio como en la calle.