A medida que nos hacemos mayores, es inevitable que tengamos que hacer cambios en nuestras viviendas. Por seguridad, pero también para hacernos la vida más fácil en un momento en que el físico ya no nos acompaña tanto como cuando éramos jóvenes. Muchas veces, las soluciones que podemos tomar no pasan para hacer grandes inversiones, sino para hacer más prácticos y sencillos los recorridos dentro de la vivienda y el acceso a los electrodomésticos y otros equipamientos.
Estos son algunos consejos a la hora de plantearte una reforma de la vivienda:
1.Elimina obstáculos. Hay que facilitar la movilidad de las personas mayores retirando macetas, mesitas, alfombras… Quizás son cosas que tienen valor sentimental pero suelen ser poco útiles. Retirar no significa tirarlos, sino sacarlos de los circuitos de paso, que no sean un obstáculo. Las alfombras pueden ser una gran trampa para la gente mayor, o sea que más vale optar por las que sean antideslizantes.
2. Ilumina bien. Garantizar una buena iluminación en todas las estancias más habituales minimiza el riesgo de caídas, además de crear espacios más acogedores y cómodos. Otra opción es instalar sensores que encienden las luces de manera automática cuando detectan movimientos, una solución muy buena para los espacios de paso, como los pasillos.
3. Revisa las puertas. Aunque no lo parezca, las puertas de toda la vida pueden ser un impedimento cuando nos hacemos mayores. Hay que revisar que se abran y se cierren de manera fácil y, sobre todo, que tengan un tamaño adecuado. La anchura estándar puede ser insuficiente para la gente mayor y más aún si va en silla de ruedas o andadores. A veces, la mejor opción es directamente sacar las puertas.
4. Pon orden en los armarios. Una buena manera de evitar accidentes, sobre todo en la cocina y en los baños, es que los objetos que hay dentro de los armarios se puedan encontrar fácilmente. Si están bien ordenados, la movilidad de las personas mayores será más fácil. También es muy aconsejable poner protectores en las esquinas de las puertas de los armarios para evitar golpes y lesiones.
5. Deja el teléfono siempre a mano. Las personas mayores deben tener acceso al teléfono de manera permanente, lo tienen que tener a mano. Y debe ser un aparato con los números suficientemente grandes como para que se puedan ver de manera fácil. Y es aconsejable que sean teléfonos inalámbricos.
Aseo, cocina y dormitorio adaptados
Respecto los lavabos, es muy útil instalar en la ducha barras para agarrarse o un asiento y un plato o alfombra antideslizantes. En la cocina, es recomendable instalar placas de inducción, con indicador del grado de calor, para evitar quemaduras y fugas de gas. Otros consejos son colocar luces en los armarios e instalar electrodomésticos de mantenimiento fácil y, adicionalmente, detectores de humos.
En cuanto al dormitorio, lo principal es adaptar la cama a la persona que la ha de usar, con un colchón y una almohada cómodos. Las camas eléctricas son muy recomendables, ya que facilitan el acceso de entrada y salida. Además, se aconseja poner mesitas de noche a la altura adecuada, interruptores de luz en los lugares más adecuados, persianas eléctricas y evitar los muebles que pueden entorpecer los movimientos de las personas mayores.
El dormitorio debe estar cerca de un lavabo y, sobre todo, en la planta baja, en caso de que se viva en una casa unifamiliar. De hecho, lo más recomendable es que las estancias principales estén al mismo nivel y lo más próximas posible.
Anticipación
A la hora de plantearse las reformas de la vivienda, lo más importante es actuar con anticipación, para evitar tener que hacerlo cuando la persona mayor ya tiene problemas de movilidad graves. Además, si se hace con tiempo, se consigue que la persona se haga suya la vivienda y que no le sea ajena, en un momento en que, tal vez, pueden sufrir también disfunciones cognitivas. Y, sobre todo, tener en cuenta el lema «menos es más». A menudo no hay que hacer intervenciones costosas, sino simplemente racionalizar y adecuar los espacios ya existentes.