En verano es importante prestar especial atención a la salud mediante una alimentación saludable, una hidratación constante, que evite golpes de calor, y una correcta protección de la piel. Es importante aprender a tomar el sol de forma segura y prevenir posibles infecciones por una mala dieta.
Sol, altas temperaturas, dieta mediterránea, tiempo al aire libre… Todo esto es sinónimo de los meses de verano. Pero, en exceso, la época estival puede dejar de ser beneficiosa para el cuerpo y conllevar situaciones de riesgo.
Aprender a disfrutar de un verano saludable es ser consciente del peligro de una alimentación no cuidada, de una exposición excesiva al sol o de permanecer demasiadas horas al aire libre sin tomar precauciones.
En este sentido, el Ministerio de Sanidad recuerda, cada año, que es importante mitigar los efectos negativos que el calor excesivo puede tener sobre la salud de la ciudadanía.
Para ello, recomienda seguir estos sencillos consejos:
- Beber agua o líquidos con frecuencia, aunque no se sienta sed y con independencia de la actividad física que se realice.
- Evitar las bebidas con cafeína, alcohol o muy azucaradas, ya que pueden favorecer la deshidratación.
- Prestar especial atención a bebés, niños, embarazadas y madres lactantes, así como personas mayores o con enfermedades que puedan agravarse con el calor.
- Permanecer el mayor tiempo posible en lugares frescos, a la sombra o climatizados, y refrescarse cada vez que se necesite.
- Procurar reducir la actividad física y evitar practicar deporte al aire libre en las horas centrales del día.
- Usar ropa ligera, holgada y que deje transpirar.
- No dejar a ninguna persona en un vehículo estacionado y cerrado.
- Consultar con el profesional sanitario ante síntomas que se prolonguen más de una hora y que puedan estar relacionados con las altas temperaturas.
- Mantener las medicinas en un lugar fresco. El calor puede alterar su composición y sus efectos.
- Preparar comidas ligeras que ayuden a reponer las sales perdidas por el sudor (ensaladas, frutas, verduras, zumos, etc.).
Tomar el sol de forma segura
El sol es esencial para el cuerpo. Interviene en distintos procesos, entre ellos en la síntesis de la vitamina D, que influye directamente en el sistema inmune, reforzándolo y protegiéndolo. Además, actúa mejorando algunas enfermedades de la piel.
Pero el sol también puede tener consecuencias negativas para la salud si se toma en exceso. En verano, además, la piel está más vulnerable, después de meses sin exposición a los rayos ultravioletas.
La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), consciente de estos riesgos, aconseja una exposición solar segura siguiendo estos hábitos:
- Ningún protector solar ofrece protección total frente a los riesgos derivados de la radiación solar. Aunque se use un factor de protección alto, no se debe permanecer mucho rato al sol.
- Evitar la exposición solar entre las 12 y las 16 h. No dormirse al sol y extremar las medidas protectoras en las actividades al aire libre.
- No exponer al sol a niños menores de tres años. Protegerlos con ropa, sombreros, gafas y protectores solares de factor de protección solar alto, que sean especiales para niños y resistentes al agua.
- Usar un protector solar que proteja al menos frente a la radiación UVB (frecuentemente indicada como FPS), causante de las quemaduras solares, y UVA, principal responsable del envejecimiento prematuro de la piel.
- Elegir un protector solar adecuado para cada tipo de piel o zona del cuerpo, teniendo en cuenta el fototipo de su piel, la edad y las circunstancias de la exposición solar.
- Leer las instrucciones del producto y aplicarlo en cantidad generosa y uniforme sobre la piel seca, media hora antes de la exposición al sol. Repetir cada dos horas y después de transpirar, bañarse o secarse. No usar protectores solares que estén abiertos desde el año anterior.
- Extremar las precauciones en las partes del cuerpo más sensibles al sol: la cara, el cuello, la calva, los hombros, el escote, las orejas, las manos y los empeines. La protección de los labios debe hacerse con lápices o barras fotoprotectoras, y la del cabello con productos específicos.
- Utilizar el protector solar incluso en días nublados. Las radiaciones UV se reflejan en el agua, la arena, la hierba y la nieve, también en días nublados.
- Proteger la piel con ropa, la cabeza con sombreros y los ojos con gafas de sol.
- Ante cualquier cambio del color, la forma o el tamaño de manchas o lunares, consultar con un especialista.
¡Cuidado con las intoxicaciones!
Las toxiinfecciones alimentarias son enfermedades que se producen por la ingestión de alimentos con presencia de gérmenes patógenos o sus toxinas. Algunos ejemplos de infecciones comunes en vacaciones son la salmonelosis, la gastroenteritis o la anisakiasis.
Los meses de verano constituyen una época especialmente crítica, porque las altas temperaturas favorecen el desarrollo de microorganismos, por lo que es importante tomar precauciones.
Para evitar estas enfermedades provocadas por una mala manipulación o conservación de los alimentos, se recomienda:
- consumir alimentos que hayan sido tratados o manipulados higiénicamente
- cocinar correctamente los alimentos de origen animal
- consumir los alimentos inmediatamente después de ser cocinados
- conservar correctamente los alimentos que se han cocinado
- calentar suficientemente los alimentos cocinados
- evitar el contacto entre alimentos crudos y cocinados
- mantener los alimentos fuera del contacto de animales
- usar, únicamente, agua potable
- no consumir alimentos perecederos que estén expuestos a temperatura ambiente
Dr. Carles Rabassa
Centre Mèdic Atlàntida