La natación es una de las prácticas deportivas más completas, tanto en movimientos como beneficios que puede aportar a la salud de las personas. Este deporte tan completo se recomienda practicarlo en todas las edades, aunque tiene aspectos muy beneficiosos a tener en cuenta si se está en la tercera edad.
Al nadar se mueve todos los músculos para mantenerse en el agua y los de la espalda son los que más se fortalecen, por lo que si se sufre de dolores de espalda, cervicales o se padece esclerosis o alguna lesión en las piernas es una práctica muy recomendable.
Además, gracias a que el peso de uno mismo se reduce más de un 80% dentro del agua, es una buena alternativa si se sufre también de algún problema en articulaciones, si se tiene alguna lesión en estas o pera evitarlas, ya que el impacto en ellas es mínimo, a diferencia de otros deportes.
Principales beneficios
A continuación os dejamos una lista de más beneficios:
- Bajo impacto en las articulaciones
- Mejora de la flexibilidad, movilidad y coordinación
- Mejora del sistema respiratorio y cardiovascular
- Tonificación de la masa muscular
- Estimulación de la circulación sanguínea
- Estilización de la figura
- Corrección de la postura corporal
Si todos estos beneficios no fueran suficientes, nadar también influye en nuestra salud mental, ya que realizar deporte aumenta los niveles de dopamina y disminuye los niveles de estrés. Esto también se relaciona con una mejora de nuestra calidad de vida porque aumenta nuestra autoestima, energía y sensación de bienestar, dejando a un lado el sedentarismo y los problemas que este conlleva.
En la piscina no solo se puede nadar largos, sino que existen una gran variedad de actividades que se pueden realizar tanto individualmente como en grupo:
- Nadar diversos largos en piscinas con profundidad (la mayoría son de 25 m pero, también podemos encontrar de 50 m).
- Clases de fitness acuático (aquagym): se centra en la tonificación muscular de todo el cuerpo. Se realiza en piscinas de poca profundidad y con ayuda de música para controlar el ritmo y la respiración.
- Caminar por la piscina en la parte baja, arrastrando gran cantidad de agua.
- Hacer ejercicios de tonificación muscular (con o sin material adicional) individualmente en piscinas de poca profundidad.
Finalmente, te dejamos una serie de consejos y aspectos a tener en cuenta para realizar este deporte con las mayores garantías:
- Se recomienda practicarlo unas dos veces por semana y como mínimo 30 minutos.
- Disponer de un material (bañador, gorro de piscina, chanclas…) adecuado y cómodo facilitarán tu ejercicio.
- No olvides la hidratación: muchas personas al estar en el agua no tienen la sensación de deshidratarse, pero sucede igualmente, puesto que se está haciendo un esfuerzo físico. No olvides beber agua durante y después del ejercicio.
- Encuentra un club /centro donde te sientas cómodo/a y no dudes en preguntar a los monitores o responsables de la instalación, ellos son los profesionales y los que te pueden ayudar y dar los mejores consejos y técnicas para conseguir los mayores resultados.
No olvides preguntar a tu médico cualquier duda y apostar siempre por una vida activa y saludable.
Paula Martinez, equipo de Psicologia de Dependentia